Rafael de Souza Bento Fernandes[1]
En 1990 se ganó el nobel de la literatura Octavio Paz, Argentina y Reino Unido llegaran a un acuerdo para establecer relaciones diplomáticas, Brasil estaba libre de la dictadura militar hacia dos años y yo nací.
No era un niño grande, en verdad algo flaco, ni tenía ojos azules o cabellos rubios. Era solo yo en el comienzo de mi historia.
Mi madre, Lucimara , con 26 años en la época, mi padre Natanael, con 31. Ella era hija de una familia de portugueses y brasileños y él vino de Espirito Santo. Tenía yo una hermana de 7 años y una perra que ya esta muerta hoy.
Algunas personas llaman a los años 90 de “década perdida” porque casi no tuvo ideologías. Es una cosa que no puedo decir. Recuerdo las historias de mi generación, como el famoso “bug del milenio”, las leyendas urbanas que me gustaban mucho cuando era más pequeño y los dibujos animados.
“Los Simpsons” fue uno que me ha marcado mucho además también las viñetas de “Mónica y su pandilla”. Así se pasó mi infancia: entre la tele y los libros- se conocía así el mundo en una ciudad hoy con 3.000 personas.
Cuando tenía 9 años salí de Ouro Verde do Oeste y vine a morar en Toledo, por acá me quedé la mayor parte de mi vida.
No ocurrió nada de muy especial hasta empezar la facultad. Bueno, claro que Freddie Mercury murió de AIDS, clonaron la oveja Dolly y fue ratificado el Mercosur en estos años, pero conmigo nada de especial.
A los 18 años empecé a hacer Letras y espero hacer muchas cosas de mi vida de aquí en adelante.